Adolescencia, Ansiedad, Apego, Asertividad, Autocuidado, Autoestima, comunicación, conflictos, Emociones, Empatía, Funciones ejecutivas, Maternidad, Mecanismo de defensa, NUESTRO BLOG, Parentalidad, Prioridad, Relaciones Sociales, Responsabilidad afectiva
¿Qué familia no tiene conflictos, puntos de vista diferentes o simplemente un estilo de comunicación pasivo o agresivo en algunas situaciones?
Hoy queremos explicaros que, justamente con nuestro círculo de más confianza, es con quien nos tomamos la libertad de expresarnos sin filtro social, lo cual a veces se nos escapa de las manos. En ocasiones no procesamos nuestro estilo de comunicación con aquellxs que más queremos. Parece que, como sabemos que nunca les perderemos y siempre estarán a nuestro lado, no nos contenemos a la hora de verbalizar cualquier cosa. En contraposición, sabemos que una vez hemos actuado mal, el dolor y la sensación de culpa también son intensos.
Hablemos pues de lxs adolescentes y, no tan adolescentes. Cada vez más, lxs hijxs tardan más en independizarse, tal y como está la economia, el trabajo, los alquieres…, es comprensible. Así pues, lxs hijxs quieren ser independientes, aunque sigan estando en casa de sus padres. Parece fácil, pero resulta difícil, puesto que si vives en casa de tus padres sabes que ellos son la autoridad y que tu debes seguir sus normas y no oponerte a tus límites, pero tu madurez, tu personalidad y tu forma de ser puede ser dispar a lo que tus referentes creen, piensan o actúan.
La mayoría de veces los padres y madres solo quieren facilitarnos las cosas, enseñarnos, darnos lecciones de vida, dado que ellxs han pasado por situaciones parecidas a las nuestras y hablan desde la experiencia. Lxs adolescentes pueden vivirlo de manera muy agresiva porque parece que la sabiduría de lxs padres sea la única verdad absoluta, cuando ellxs no se sienten descritos por los argumentos de lxs referentes.
La vida, la sociedad, la manera de pensar, de hacer, cambia y varia con el tiempo; y es importante, tanto para madres y padres como para hijxs escuchar las versiones de cada uno, sin anular la del otro. Hay que tener en cuenta que la adolescencia no es una buena época, mejor dicho, es una buena época, pero nada estable y tranquila. Y a la vez, también hay que validar que a veces la parentalidad en la adolescencia puede cargar a tus hijxs. Muchas preguntas, muchas normas, muchos puntos de vista, muchas preocupaciones, mucho control: “¿Cómo ha ido el día?”, “¿Con quién has estado?”, “¿Cuándo vuelves?”, “¿Qué has hecho en el instituto?”, “¿No tienes deberes?”, “A las 21h en casa”, “me da igual las notas de tus compañeros”, “estás creando un drama de la nada”, “si tu supieras por lo que pasé yo…”. Muy agobiante, ¿verdad?
Y la reacción habitual de lxs adolescentes a los padres y a las madres: “Dejáme en paz”, “no me preguntes”, “soy el único que no puede ir a la fiesta”, “los padres de Maria son mucho mejores”, “estoy harta de vivir con vosotros”, “dejad de controlarme”, “vaya mierda de familia”, “no me hagas tantas preguntas”, “voy a venir a la hora que quiera”, “tú no puedes mandar sobre mí, soy mayor de edad”, “si soy así es por lo que tú me has enseñado…”. Comprendemos que, escuchar esto, también debe ser complicado.
Con esta entrada queremos que sepáis tanto padres y madres, como hijxs, que no es fácil ninguna de las dos partes. Que lo mejor es negociar, decir qué cosas, nos molestan sin alterarnos, y sin ser repetitivos, consensuar y tener un ambiente lo más tranquilo posible.
¡Esperamos que te haya parecido interesante!
Te contamos más cosas el miércoles que viene.
El Equipo de Somni Psicologia
Apego, Asertividad, comunicación, conflictos, Emociones, Empatía, Expectativas, Infantil, Maternidad, NUESTRO BLOG, Parentalidad, Reeducación
Cuando las familias inician un proceso terapéutico para sus peques, muy a menudo, hacemos una sesión para hablar sobre los límites. Y en ellas, nos damos cuenta de que existe mucha confusión respecto al uso de los límites, los castigos y las consecuencias, llegando a confundirse con el chantaje.
Entonces, ¿qué diferencias hay? ¿Es posible poner límites adecuados sin caer en el chantaje?
Si bien la crianza respetuosa siempre se apoya en el cuidado de los niños y niñas desde la confianza y el respeto mutuo, las normas y los límites son muy importantes para guiar el desarrollo de los y las peques, ayudándoles a comprender qué actos van a ser más o menos adecuados des del punto de vista externo, tanto ahora como en un futuro.
De hecho, esta disciplina, la crianza respetuosa, considera imprescindible el uso de límites, pero propone hacerlo des de una perspectiva amable, respetuosa y coherente con lo ocurrido y las consecuencias que podría haber tenido en el entorno.
¿Entonces podemos poner consecuencias como premios o castigos siguiendo un método de crianza respetuosa?
La respuesta es sí. A lo largo de los años se ha ido construyendo toda una teoría entorno al concepto de “disciplina positiva” que justamente describe cómo poner límites de una forma respetuosa y positiva para el o la menor.
Sus principales características son:
- Amabilidad y respeto a la hora de comunicar las normas y las consecuencias. Intentar mantener un tono de voz calmado, amable y cariñoso en el momento en que ponemos un límite, y expresarlo con asertividad.
- Favorecer la autonomía y la comprensión del error como herramienta de mejora. Estos errores pueden ayudarles a ver las consecuencias reales de sus actos y ser mucho más significativos para el aprendizaje que una consecuencia impuesta por la familia.
- El castigo no es más que un tipo de consecuencia, de hecho, el tipo menos efectivo. Las consecuencias positivas y aversivas de nuestros actos nos ayudan a comprender qué ocurre si realizamos una conducta. De hecho, está científicamente demostrado que nos ayudan a aumentar o reducir aquello que hacemos de forma muy significativa. Sin embargo, el castigo no es más que un tipo de consecuencia (aversiva) que le atribuimos de forma externa a alguien por hacer una conducta. Y está demostrado que las consecuencias positivas (el refuerzo o la retirada de un beneficio) tiene mucho más peso que las consecuencias aversivas. Y aún más, si están directamente relacionadas con la conducta realizada.
- Utilizar un lenguaje emocional validando la frustración que supone que nos pongan un límite y expresando cómo nos hace sentir la conducta o situación en la que nos encontramos, pero siempre, teniendo mucho cuidado de no culpar al niño o la niña de nuestro propio estado emocional.
Es totalmente cierto que los límites, tal como eran comprendidos años atrás, podían dar pie a chantajes o manipulación del menor. Evidentemente, sin ningún tipo de mala intención por parte de la familia. Por ello, os proponemos que intentemos ceñirnos a estas pautas e intentemos ponerlos desde un punto de vista mucho más respetuoso, siendo imprescindibles para el desarrollo de los niños y las niñas.
Esperamos que os haya parecido interesante el artículo y que pueda ser útil para poder decidir la forma como queréis educar a vuestros y vuestras peques.
¡Hasta la semana que viene!
El Equipo de Somni Psicologia
Adolescencia, Ansiedad, Asertividad, Autoestima, comunicación, conflictos, Emociones, Empatía, Maternidad, NUESTRO BLOG, Parentalidad, Responsabilidad afectiva
Durante la adolescencia hay muchos cambios: físicos, mentales, de amistades, valores, entre otros. Todo cambia y es bastante intenso, pues desarrollan emociones y sentimientos que nunca antes habían tenido. Lxs adolescentes dejan de ser tan dependientes de sus referentes y empiezan a buscar libertad e independencia para muchas de sus actividades, ideas o decisiones.
Desde Somni Psicologia, recomendamos que los y las referentes tengan en cuenta esta etapa, que no es fácil y que procuren ser padres y/o madres accesibles y también limitantes. Qué fácil suena decirlo, ¿verdad?
Lo que para unx adultx puede sonar fácil o absurdo, para unx adolescente puede ser algo muy importante y que le conlleve emociones intensas y difíciles de controlar. Quitar importancia a sus emociones no va a hacer que la gestión emocional sea mejor, sino todo lo contrario; cualquier adolescente se disparará más y aún se sentirá menos entendidx y más inestable emocionalmente. Además, muchxs adolescentes se caracterizan por su pasotismo, pero otrxs pueden sentirse muy culpables si sus referentes le dicen que la situación emocional que está viviendo “no es para tanto”.
Así pues, con la entrada de blog de hoy queremos daros algunos tips para ayudar a vuestrxs adolescentes en situaciones emocionales intensas:
- Valídale la emoción: “entiendo que te sientas…”.
- Muéstrate accesible y denota confianza para que se pueda dirigir a ti cuando se encuentre en un estado intenso o inestable.
- Márcale ciertos límites para que su margen de error sea menor y pueda seguir una buena guía, a través de los límites impuestos.
- Interésate por su estado emocional, pero no hagas preguntas como si de un interrogatorio se tratara. Intenta fijarte en su expresión por si se está sintiendo presionadx o agobiadx.
- Intenta pensar por qué para ti no es demasiado importante lo que él o ella está viviendo como súper importante. Quizás no tienen experiencia en ese tipo de situaciones.
- Ofrece consejos, pero no en forma de obligación o riña.
Esperamos que os sirvan, y también que os resten sentimiento de culpabilidad y agobio delante de la dificultad de llegar a ellos/as. ¡Hasta el próximo miércoles!
El Equipo de Somni Psicologia
Ansiedad, Asertividad, Autocuidado, comunicación, conflictos, Equipo laboral, NUESTRO BLOG, Relaciones Sociales
Hoy queremos hablar sobre la importancia de tener un buen ambiente en el ámbito laboral.
Pasamos muchas horas dedicando el tiempo a nuestro trabajo, casi nos atreveríamos a decir la mayor parte de nuestro tiempo, por lo que creemos que es muy importante hablar sobre cómo conseguir, en la medida de lo posible, sentirnos comodxs durante las horas invertidas.
A veces, trabajar en equipo puede tener inconvenientes: diferentes ritmos, diferentes puntos de vista, diferentes estilos de comunicación… y eso puede repercutir a nuestras emociones.
Para ello creemos que es necesario poder tener un espacio semanal o mensual en el horario laboral, donde se puedan expresar de manera asertiva nuestras emociones, las cosas que nos hacen sentir mal o incomodxs y, por supuesto, aquellas cosas con las que estamos a gusto y nos facilitan la estancia en el trabajo.
Así pues, queremos promover que toda empresa destine un breve tiempo durante la jornada laboral para que todxs lxs trabajadorxs puedan expresar como se sienten, sobre todo a nivel de compañerismo. Es decir, damos importancia a que la relación con los componentes del equipo sea lo más cómoda posible y que se pueda ser lo más transparente posible entre ellxs. De esta manera conseguiremos que lxs trabajadorxs puedan comunicar sus necesidades o sus puntos de vista sobre el equipo, sin juzgar a lxs demás, pero dándole importancia a fomentar la comunicación emocional. A través de esta iniciativa, conseguiremos un ambiente laboral mejor y seguramente una mayor optimización en los resultados de la empresa, porque el estado de ánimo influencia mucho en como realizamos nuestras tareas y, si conseguimos un ambiente cálido y transparente, conseguiremos trabajadorxs más eficientes.
En cualquier ambiente laboral la gente habla con lxs compañerxs de más confianza, de lxs unxs y de lxs otrxs “por las espaldas”, y esa comunicación viene dada o bien por el miedo de confrontar, o bien por miedo a enfrentarnos a comentar lo que nos molesta y, además retroalimenta a emociones de rabia o disconformidad, generando un ambiente tenso y desagradable que repercutirá a las tareas del trabajo. Además, no comunicar cómo nos sentimos con el equipo puede conllevar graves consecuencias, como ansiedad, estrés, mal rollo con lxs compañerxs o distancia entre ellxs, y con lo cual puede interferir en el desarrollo de las tareas compartidas.
Finalmente destacar que no todo el mundo tiene un ritmo o una eficacia en el trabajo igual y esto puede “quemar” a buenxs trabajadorxs, incitando a un cambio laboral que puede arreglarse con estos espacios de comunicación. Además, fomentar espacios de comunicación puede aportar a la empresa más ideas o iniciativas que, si no existieran estos espacios libres para comunicarse, nunca saldrían a la luz y se estarían perdiendo mejor resultados a nivel empresarial.
Esperemos que os haya gustado nuestra entrada, ¡hasta el próximo miércoles!
El equipo de Somni Psicologia
conflictos, Emociones, Gestión Emocional, NUESTRO BLOG, Parentalidad, Terapia
El tercer trimestre escolar es el más cortito de todos. Tanto nuestros/as peques como nosotros/as lo empezamos soñando ya con las vacaciones de verano. Empiezan las fantasías con la playa, la organización de viajes, la lista de todo aquello que haremos en cuanto nos lo permitan…
Sin embargo, la demanda para trabajar conflictos familiares con los niños y las niñas tiende a aumentar a la vuelta de vacaciones. Y ahora, después de la vuelta a la rutina post semana santa, nos llegan muchas familias que explican que necesitaban ya la vuelta al cole.
¿A qué puede ser debido este suceso?
Como siempre os decimos, cada familia es un mundo y cada peque, otro distinto. No podemos generalizar nunca. De hecho, habrá muchas familias en las que esto no ocurra. Aun así, os contamos las causas que más observamos:
- Expectativas demasiado elevadas y/o dispares: Aquí entran en juego dos factores, nuestras propias expectativas, no sólo hacia las vacaciones, sino también hacia la crianza de nuestros y nuestras peques; y las expectativas que ellos y ellas también puedan tener. En caso de que estás sean muy dispares o, de que alguna de ellas no se llegue a cumplir, nuestras vacaciones ideales pueden venirse abajo.
- Augmento del tiempo en familia: Pese a que el tiempo familiar es algo muy deseado en vacaciones, no hay que pasar por alto que existe un límite a partir del cual puede acabar convirtiéndose en “demasiado tiempo en familia” si cada uno de los miembros pierde su espacio propio.
- Falta de rutina y gestión de cambios: ¡Bendita rutina! Nos quejamos mucho de ella, pero es muy necesaria para nuestra gestión emocional ¡y la de los peques, claro! Una falta total de ella, nos lleva a una continua gestión de cambios e imprevistos, que pueden ser causa de muchos conflictos familiares.
¿Qué podemos hacer para evitar que esto ocurra en las próximas vacaciones?
Podemos intentar controlar estas variables en la medida de lo posible. Una forma fácil es buscar actividades para nuestros niños y niñas con sus iguales, ya sean casales de día completo, sólo de mañanas o actividades puntuales algunos días.
Evidentemente, buscad aquellas que se adapten más a vuestra familia, a los intereses de vuestros peques y, sobre todo, que puedan facilitar la gestión del tiempo en familia. Esto favorecerá una rutina flexible, unas expectativas controladas de ese tiempo y una pequeña reducción del tiempo conjunto, que nos permitirá que el tiempo compartido sea de calidad.
Además, estos espacios nos pueden permitir fomentar aquellos aprendizajes que normalmente no se favorecen dentro del currículo académico escolar: la inteligencia motora, la interpersonal, la emocional… ¡las vacaciones son una gran oportunidad!
¿Y qué pasa con el tiempo libre en casa?
- Buscad recursos que os permitan encontrar ratos de diversión compartida con vuestros niños y niñas. Momentos en que no haya “bien” o “mal”, sólo diversión.
- Proporcionad herramientas para que los y las peques tengan ideas de qué hacer cuando no podemos dedicarles el 100% de nuestro tiempo.
- Establecer una pequeña rutina, flexible, pero que señale los espacios para cambiar de actividades y de compañías.
- Organizad pequeñas quedadas con sus iguales. No hace falta que sean sus amigos/as del colegio, pensad en familia extensa, amigos, conocidos…
- Si aparece un pequeño conflicto, validad sus emociones, pero dejadles espacio para gestionarlo. Tener más tiempo, es un lujo para trabajar la gestión emocional, dejando todo el tiempo que cada uno necesite.
Esperamos que os haya resultado interesante el artículo y, si queréis algunas ideas de actividades para vuestros y vuestras peques las próximas vacaciones de verano, ¡estad muy pendientes a nuestras redes sociales! ¡Pronto tendremos novedades!
¡Hasta el próximo miércoles!
El Equipo de Somni Psicologia
conflictos, Emociones, Gestión Emocional, NUESTRO BLOG, Relaciones Sociales, Salud Mental
Seguro que alguna vez os ha pasado que habéis intentado ayudar a alguien, a vuestra manera, y esta persona no se ha sentido ayudada. ¿Verdad que se os ha hecho raro?
Pues muy probablemente sea porque vosotros/as tenéis tendencia a resolver los problemas desde un punto de vista principalmente, y la otra persona tiende a funcionar con otro.
¿Qué queremos decir? Pues que, para encararnos a un problema, siempre lo tenemos que abordar desde dos puntos de vista diferentes: el práctico y el emocional. Y normalmente tendemos a ser más adeptos de un estilo o del otro.
Para que nos entendamos, os explicamos los dos enfoques:
La parte práctica de un problema reside en la búsqueda de soluciones. ¿Qué cosas podemos hacer para resolverlo? ¿A quién podemos pedir ayuda? ¿De qué manera se puede solucionar?
Cuando encaramos la parte práctica, disminuimos el impacto de las consecuencias del problema de manera práctica, puesto que realizamos todo de conductas para resolver la situación. Por ejemplo, si pierdo el trabajo y necesito uno nuevo, el enfoque práctico será buscar ofertas, actualizar y enviar currículums y hacer entrevistas. De este modo, me aproximaré a la solución del problema: tener un nuevo trabajo donde vuelvo a tener unos ingresos económicos.
La parte emocional se centra en qué nos hace sentir este problema, y en cómo lo gestionamos. Las emociones que nos nazcan pueden ser muy invalidantes y, por tanto, necesitan ser tratadas. En el ejemplo anterior, quizás puedo sentir miedo e inseguridad, por el hecho de no encontrar trabajo o porque temo no salir de esta económicamente; puedo sentir que mi autoestima está afectada o sentimientos de fracaso; puedo sentir angustia porque quizás tengo alguien a mi cargo (como hijas o hijos) y no quiero que los falte de nada.
Esta faceta de los problemas tiende a ser ignorada, pero tengamos presente que la gestión adecuada de estas emociones será crucial para que el problema se resuelva también de manera exitosa. Porque quizás sí que encuentro trabajo, pero no me saco de encima la sensación de fracaso, o la angustia. En este caso, como os hemos explicado varias veces, haremos las tres fases: (1) Identificación y aceptación, (2) Expresión, y (3) Relajación.
Puntualizaros también que no siempre se podrá llevar a cabo ambas facetas de un problema. Hay problemas que solo podremos gestionarlos de manera emocional, como puede ser el luto por la pérdida de un ser querido o el miedo por el bienestar de otro. En estos casos en que la solución práctica no está en nuestro alcance, tendremos que enfocarnos exclusivamente a la parte emocional.
Así pues, la próxima vez que alguien os pida ayuda, fijaos si realmente busca una solución práctica o una emocional, y procurad ofrecerle lo que necesita. ¡O quizás ambas si hace falta! Pero tengamos presente que, cuando buscamos ayudar a una persona, ¡nos tenemos que adaptar a la misma!
¡Esperamos que os haya resultado muy interesante y útil! ¡Hasta la semana próxima!
El Equipo de Somni Psicologia