“Quiero que tenga todo lo que yo no he tenido”, “quiero que sea feliz”, “no quiero que lo pase mal”. Estas son algunas de las frases que es normal que sintamos y digamos como padres y/o madres, y aunque a priori pueda parecer de lo más normal que queramos que nuestrxs hijxs sean felices, querer meterlos dentro de una burbuja de felicidad y protegerlos del todo puede acabar generándoles muchos más problemas que los que pretendemos evitar.
No es malo querer que lxs peques sean felices, al contrario; pero sí que es un problema cuando solo queremos que sean felices. Esto tiene un impacto negativo en su salud mental:
- Problemas para identificar y comunicar emociones no deseadas por sus padres: decir que están bien cuando no lo están.
- Al no aburrirse, no exprimen ni fomentan su creatividad.
- Generan dependencia a esa burbuja de felicidad y cada vez necesitan más cosas para mantener esa sensación.
- Baja tolerancia a la frustración, no se acostumbran a que les pongan límites o les digan que no.
- Dificultad para gestionar y resolver conflictos por si solos sin sus padres.
Es normal que decir no a nuestrxs hijxs nos haga dudar sobre nuestras propias decisiones, sentir culpa, enfado, frustrarnos… pero debemos tener claro que lo hacemos por ellxs, para su bienestar, puesto que todas las emociones son necesarias, también las desagradables, y es importante que las experimenten para aprender a tolerarlas y gestionarlas de la mejor manera posible.
Para intentar sentir menos culpa y ayudarnos a decir no y poner límites, podemos tener en cuenta las siguientes ideas:
- Aprende a diferenciar necesidad y deseo: Que tu hijx tenga hambre o sueño, es una necesidad y, por lo tanto, intentaremos ayudarle a satisfacer esa necesidad. Que tu peque quiera un juguete o una chuche es un deseo, no le va a pasar nada por no satisfacerlo, es más, puede ser una oportunidad de descubrir la frustración y de darle las herramientas para aprender a gestionarla.
- Escucha tus necesidades: Es difícil pensar en tus propias necesidades cuando debes dedicar gran parte de tu tiempo a satisfacer las necesidades de otra persona que depende de ti, pero es muy importante que escuches lo que tú necesitas. Tal vez no pasa nada si hoy estas cansadx y prefieres ir a casa en lugar de ir al parque, o necesitas dejar a tus hijxs con alguien para hacer esos recados que llevas tanto tiempo posponiendo y no debes sentir culpa por ello. Si nuestras necesidades no están cubiertas nos va a ser mucho más complicado satisfacer las de nuestrxs peques.
- Sigue tu instinto: Si crees que algo no es adecuado para tu hijx mantente firme en tu decisión. Siempre habrá otra gente que juzgará, que no estará de acuerdo con tu decisión. Tu hijx siempre va a tener compañerxs que sí tienen eso, o sí pueden hacer aquello y es normal que eso a veces nos haga dudar o sentir culpa, pero nuestro instinto está para eso, para guiarnos a tomar las decisiones que creemos que son las adecuadas.
Es normal que decir “no” se nos haga complicado, sobre todo a personas que queremos, pero es imprescindible hacerlo y aprender a gestionar la culpa que eso nos puede generar, puesto que los beneficios que nos aportará a nosotros y a ellxs siempre superaran con creces las emociones desagradables que nos pueda generar.
¡Hasta la semana que viene!
El equipo de Somni Psicologia