La importancia del autocuidado


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A menudo nos negamos nuestros momentos de autocuidado, ya que vivimos estos momentos como si fueran una forma de descuidar al resto, como un acto de ‘egoísmo’. Este pensamiento nos genera culpabilidad y hace que nos sintamos incómodos/as en esos ratos que dedicamos a nuestra salud física, psicológica y/o emocional. 

Plantéate lo siguiente: Imagínate que eres una nevera. Estás repleta de comida, ¡estupendo! Viene tu pareja, abre la nevera, y se lleva algo. Viene tu amigo, viene tu prima, viene tu compañero de trabajo, y tu padre, y el vecino del 4to. Todo el mundo abre la nevera y se lleva algo. A cualquier hora, en cualquier momento. ¡Cómo vas a negarles que se nutran de ti! 

¿Qué puede suceder si no para de salir contenido y no la rellenamos? Como seguramente verás obvio, la nevera se vaciará, y no habrá nada para ella ni para su alrededor. Carecerá de su objetivo, ¿no? 

Lo mismo sucede con las personas. Si no invertimos tiempo, energía y cuidados a nosotras y nosotros mismos, lo que sucederá es que no podremos seguir nuestro propio ritmo, y además esto repercutirá en todas nuestras áreas vitales, tales como nuestra área familiar, laboral, social y romántica. 

Por ello, hoy queremos reivindicar el poner límites a todas las ‘obligaciones’, de las distintas esferas, para así encontrar momentos de autocuidado. Estos momentos pueden ser: 

–       Cuidado del cuerpo: ya sea a través de ejercicio físico, o a través de otros cuidados tales como cremas, masajes o pintarse las uñas. 

–       Cuidado de la mente: puede ser a través de actividades artísticas (pintar, dibujar, hacer música); a través de disfrutar de la cultura (ver películas, series, leer, escuchar música), a través de algún hobbie (montar barcos en miniatura, hacer puzles o ganchillo) o bien a través de la meditación. 

–       Cuidado de nuestro espacio: lo podemos hacer priorizando momentos en la naturaleza, ya sea el mar, la montaña o nuestro propio jardín. Además, podemos procurar tener nuestro alrededor ordenado; ¡eso nos dará paz! 

–    Cuidado de nuestro ritmo: marcándonos horarios dónde se respeten los tiempos de descanso, de sueño, y se equilibren las distintas esferas (familia, amistades, trabajo). En este punto también tendremos que tener en cuenta ritmos cíclicos más largos, como en las personas menstruantes puede ser su ciclo menstrual. 

–       Cuidado de las relaciones: podemos buscar momentos de calidad con las personas que consideremos importantes para nuestra vida. En este caso, puede ser nuestra familia, nuestra pareja o nuestras amistades. El objetivo será reconectar con la persona, sobretodo a nivel emocional. 

–       Cuidado de nuestras emociones: para ello, daremos un momento para vivirlas y gestionarlas; nos cuidaremos a nivel cognitivo (¡cuidado con los pensamientos repetitivos!) y físico (moviéndonos y comiendo sano). 

–       Respeto hacia nuestros límites: saber respetar nuestras necesidades escuchándonos, diciendo ‘no’ en los momentos necesarios y expresándonos asertivamente. 

 Y si en algún punto notas que te cuesta… ¡no pasa nada! Siempre puedes pedir ayuda a profesionales, ¡nos encantará echarte una mano! 

 ¡Esperamos que te haya resultado interesante, y que te cuides muchísimo! ¡Hasta la semana que viene! 

El Equipo de Somni Psicologia

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