Se considera la infancia como el período del desarrollo más importante y significativo para la formación del individuo. Es en esta etapa en la que se establecen las bases para su futuro desarrollo en todas las áreas: emocional, cognitiva, social y emocional.
Esta etapa está marcada especialmente por el crecimiento físico, el desarrollo sensorial y perceptivo, el desarrollo del lenguaje y otras formas de expresión; y las habilidades intelectuales, sociales y emocionales.
Cuando hablamos de la infancia, hablamos de una etapa en la que las estructuras neurofisiológicas y psicológicas se encuentran en pleno proceso de maduración. Es decir, durante esta etapa nuestro sistema nervioso y nuestro cerebro están en pleno proceso de desarrollo y organización, por lo que las experiencias sociales, físicas, cognitivas, sensoriales y emocionales que vivamos durante esta época son críticas y cruciales para la formación de nuestra estructura y funcionamiento cerebral.
Es conocido por todos y todas que los primeros años de vida son los que tenemos una mayor plasticidad cerebral, por lo que la estimulación y la educación adquieren un papel fundamental, debido a la necesidad e importancia de fomentar estas conexiones neuronales que se están creando. A los diez años de edad, el cerebro elimina las conexiones más débiles, por lo que sólo permanecerán aquellas que han sido fortalecidas y estimuladas a través de la experiencia.
Con todo esto, queda clara la importancia de estimular las diferentes áreas de desarrollo a lo largo de la infancia, especialmente durante la primera infancia. En el artículo de hoy, queremos centrarnos especialmente en el desarrollo a nivel emocional y en la importancia que tiene la estimulación de las habilidades emocionales en esta etapa del desarrollo.
Beneficios de la estimulación emocional en la infancia
- Importancia de estimular todas las áreas (social, cognitiva y emocional) debido a la conexión existente entre ellas y su desarrollo.
- Emociones como elemento comunicativo: especialmente durante la primera infancia, las emociones y su expresión le sirven al niño/a como elemento de comunicación y, por lo tanto, su correcto aprendizaje y gestión tendrá para él o ella una función adaptativa al entorno.
- Desarrollar la capacidad de detectar, describir, expresar, gestionar y controlar sus emociones.
- Una mejor identificación y gestión emocional, incrementa la percepción de control sobre lo que le ocurre.
- Desarrollar herramientas de gestión y resolución de conflictos.
- Establecer relaciones interpersonales más satisfactorias y estables.
- Aumentar la motivación, la curiosidad, la percepción y la intuición.
- Fomentar la resiliencia.
- Adquirir seguridad y confianza en sí mismo y en el mundo que le rodea.
- Construir una buena autoestima y crear su identidad.
- Prevenir acciones impulsivas, conductas disruptivas, agresividad o adicciones.
Estos beneficios no se centran sólo en la infancia, y es que, a lo largo de nuestra vida, en las diferentes etapas evolutivas, irán apareciendo nuevas situaciones que irán acompañadas de emociones no experimentadas hasta entonces, o de emociones ya conocidas, pero mucho más complejas. Una adecuada educación y estimulación de la inteligencia emocional durante la infancia, nos permitirá tener unas bases y herramientas sólidas a nivel emocional, para poder gestionarlas de la manera más óptima.
¡Esperamos que os haya resultado muy interesante! ¡Nos vemos el próximo miércoles!
El Equipo de Somni Psicologia