Durante los últimos años ha habido un claro auge del culto al cuerpo y la importancia de cultivarlo. Pero, ¿cómo cultivamos la mente? Una de las actividades más completas para ello es la lectura. Esta habilidad nos acompañará a lo largo de la vida, permitiéndonos adquirir conocimientos, entender el mundo que nos rodea, desarrollar nuestras emociones y áreas cognitivas del cerebro, fomentando nuestra capacidad de concentración e imaginación.
Actualmente, en plena era de la digitalización, cada vez es más frecuente ver a los niños y niñas entretenerse con soportes digitales como smartphones o tablets, antes incluso de aprender a leer o escribir. A veces consideramos que los niños y niñas son demasiado pequeños para la lectura, pero es importante fomentar este hábito en edades tempranas, aprovechando la plasticidad del cerebro infantil.
¿Cuáles son los beneficios de la lectura en la infancia?
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria, sostiene que el hábito de la lectura no sólo influye en la capacidad lectora, sino en el desarrollo integral del infante.
Jerome Bruner y Anat Ninio, psicólogos especialistas en aprendizaje, establecieron en 1978 que a partir de los ocho meses de vida los niños y niñas ya ha desarrollado su capacidad de atención compartida, lo que les permite interactuar con los adultos de referencia para comentar los elementos de su entorno. Antes incluso de tener desarrollada esta capacidad, durante los primeros meses, ya pueden empezar las primeras experiencias lectoras, mediante la lectura compartida con los adultos de cuentos con muy pocas palabras y grandes imágenes, y que se irán ampliando y complicando a medida que el niño o niña crezca.
Este primer contacto con los libros, no sólo permitirá que el/la niño/a empiece a conocer el concepto ‘libro’ y a verlo cómo un objeto lúdico, sino que será el primer paso del desarrollo de la lectura emergente, es decir, el proceso de desarrollar las diferentes estrategias, actitudes y conocimientos que facilitan el aprendizaje de la lectura.
Conocemos y somos conscientes de la importancia de introducir la lectura en los más pequeños, pero ¿qué beneficios les aporta?
- Los niños y niñas que leen suelen ser más seguros y sociables, pues tienden a tener más facilidad para expresarse. Además, al tener un rico vocabulario y un lenguaje más fluido, incide positivamente en sus habilidades comunicativas.
- A través de las páginas los niños y niñas conocen personajes y realidades distintas, lo que les permite estimular el ingenio, la creatividad y la imaginación, así como crear su propia personalidad.
- Enriquecer la relación adulto-niño a través de los momentos de lectura compartidos, reforzando el vínculo entre padres e hijos y creando un nuevo espacio de ocio conjunto.
- Resulta una herramienta como hábito del sueño, permitiendo al niño o niña relajarse antes de ir a dormir.
- Durante todos los niveles de educación, la cantidad de tiempo consagrado a la lectura influye de forma positiva en el rendimiento escolar, mejorando y fomentando habilidades como la memoria, la concentración y la comprensión lectora.
- Favorece su autonomía mediante el cuidado y responsabilidad de sus libros.
- La lectura permite a los niños y niñas ponerse en el lugar de los demás, a conocer los sentimientos y los puntos de vista de otras personas. Esto hace que el niño trabaje la empatía y aprenda a ser más flexible y tolerante.
¿Cómo podemos fomentar la lectura en los niños y niñas?
Muchas veces los niños y niñas, especialmente aquellos que descubren la lectura de manera tardía, ven la lectura como una obligación. Es importante saber cómo adentrarlos en el hábito de la lectura de manera temprana, transformando el hábito de leer en un pasatiempo con el que disfruten.
- Crear interés por los libros en el niño o niña, acudiendo con él a librerías, bibliotecas o espacios de lectura.
- Dar ejemplo. Si los adultos leemos y transmitimos pasión por la lectura, es más probable que el niño o niña relacione la lectura con algo positivo. Una muy buena manera es empezar leyendo con él y acabar invirtiendo los papeles cuando sea más mayor.
- Incluir los libros como regalos de navidad y cumpleaños, para que el niño o niña viva la lectura como una experiencia positiva y no como una obligación.
- Construir un rincón de lectura, con libros a la altura y alcance de los niños y niñas, mediante estanterías bajas o mesitas, e ir cambiando los títulos para que puedan variar sus lecturas y generar interés.
- Pedir consejo y conocer los libros adecuados para su edad. Elegir un libro fuera de la edad recomendada puede ser perjudicial para el/la niño/a al hacerle sentir que es demasiado difícil o fácil de entender o leer para él.
- Cuando son pequeños y les leemos las historias, tratar de que el niño o niña participe en la lectura para que tengan un papel activo y presten atención. Por ejemplo, mediante preguntas sobre lo que está pasando, preguntar su opinión sobre alguna situación, etc.
- Descubrir con ellos/as que tipo de libros les atraen más. Dejarles experimentar con diferentes géneros de lectura, para que conozcan que tipo de lecturas les gustan.
- Plantearles opciones de lectura, pero dejar que sean ellos/as los que tomen la decisión final. Así se sentirán importantes en el proceso lector y se sentirán más implicados con el libro.
- Estimular la lectura, pero no imponerla. Igual que los adultos, hay días que los niños y niñas pueden estar enfadados o cansados, es importante saber en qué momentos no presionarles y dejar la lectura para otro momento.
Esperamos que este artículo haya sido de vuestro interés. Si queréis más información, no dudéis en preguntarnos, estaremos encantadas de poder ayudaros. ¡Hasta la semana que viene!
El Equipo de Somni Psicologia