No nos engañemos: a todas y todos nos hace daño cuando la otra persona decide acabar una relación. Nos han dejado, y entramos en un estado de ánimo complejo en que hay muchísima tristeza y dolor. Así pues, ¿sabías que después de una ruptura, puedes hacer un crecimiento personal inmenso? Si te preguntas cómo, sigue leyendo.  

  

Cuando nos dejan, sufrimos. Pero este sufrimiento puede ser productivo o no. Se entiende por sufrimiento productivo aquellos momentos en que, por el hecho de estar sufriendo de este modo, dejas de hacerlo porque aprendes del que sufres. Es decir, escuchas y extraes un aprendizaje de este sufrimiento.  

  

¿De qué depende que aprenda o no de esta experiencia? Hay varios factores:  

 

  • Aceptación superadora del sufrimiento o negación del mismo: si doy espacio a la emoción, la vivo y entiendo que tengo que pasar por este proceso (por ejemplo, llorando cuando lo necesito; o reconociéndome que es un palo gigante que me hayan dejado), lo acepto y puedo avanzar. Del contrario, se cronifica.  
  • Hacer autocrítica o culpabilizar al/a la otrx: no es el mismo plantearme qué he hecho yo, por qué me han dejado y de qué manera lo puedo rectificar, que culpar a la otra persona. Quizás el crecimiento que realice en este momento no sirva para volver a tener la relación que he perdido, pero sí que es un aprendizaje para mí. Y si no tiene nada que ver conmigo (es decir, no he hecho nada mal), lo asumo y sigo adelante.  
  • Recuperar aficiones o recluirme mí mismx: es normal que, con la emoción, nos encallemos un poco con pensamientos como “me acordaré toda la vida de esta persona”, pero es cierto que no nos hace bien. Así, si recupero aficiones, socializo, tengo una motivación de este estilo, probablemente mejore mi tono vital.  
  • Iniciar nuevos proyectos u obsesionarme con el pasado: obviamente, no nos resulta útil pensar que “no encontraré a otra persona igual”. De nuevo, sabemos que nos aparecen estos pensamientos y es comprensible, pero es más interesante buscar nuevos proyectos motivadores (¡que no quiere decir iniciar nuevas relaciones, ojo!) para seguir creciendo.  
  • Evitar conductas destructivas o refugiarse en hábitos tóxicos: si cuando te dejan, lo primero que haces es tomar una copa, probablemente te quedes encalladx en este malestar porque lo estás rehuyendo. El cliché de “sexo, drogas y rock’n’roll” suena mucho chulo, pero no te hace bien. En cambio, recurrir a amistades sanas o a terapia puede ayudarte a asimilar todo lo que te está pasando.  
  • Buscar apoyos y ayudarte a ti mismx o exigirlos y no ayudarte: el concepto en sí es fácil: ayúdate y te ayudarán. Si las personas de tu alrededor te ayudan, pero ven que tú no te estás cuidando ni te estás ayudando, dejarán de hacerlo. En cambio, cuando buscas estos espacios de autocuidado, irás mejorando y también potenciarás el apoyo externo.  

  

Sabemos que estos momentos son muy difíciles. Tómatelo con calma, cuídate y date espacio. Te recomendamos que lo hagas desde este punto de vista de autocuidado y autoaceptación. Y si necesitas más ayuda, ¡sabes dónde encontrarnos!  

  

¡Hasta el próximo miércoles!  

  

El Equipo de Somni Psicologia 

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