De hace un tiempo hacia aquí, el concepto de la responsabilidad afectiva se ha puesto mucho de moda. Muchas personas hablan de la importancia de la responsabilidad afectiva, pero parece que sólo se habla en el contexto de relaciones sentimentales. ¿Es el único tipo de relación en que es importante?  

Recordemos primero qué es la responsabilidad afectiva. Esta se define como la conciencia de que nuestras acciones tendrán consecuencias a nivel emocional para la otra persona, de forma que nos esforzamos para mostrar escucha, cuidado y respeto. Es decir, si yo le digo a alguien “no quiero saber nada de ti”, le puede generar una emoción de tristeza y sensación de rechazo mucho más intensa que si le expreso “siento que no encajamos”. No, no estamos mintiendo, puesto que el mensaje de fondo es el mismo (¡tú y yo no cuajamos!), ¡pero las formas importan! De la manera en que decimos nuestras opiniones o intenciones puede afectar a la otra persona.  

Esta responsabilidad afectiva también se enmarca en cuánto a la importancia de ser sincerx. Nos referimos a que, si yo no tengo intenciones de ir, por ejemplo, a tu graduación, darte largas no es responsable afectivamente. En cambio, expresarte que no iré porque siento que no lo puedo sostener, o que necesito aquel tiempo para invertirlo en otra cosa (como puede ser el autocuidado) es responsable afectivamente.  

Como probablemente ya habrás deducido, estimadx lector/a, la responsabilidad afectiva está (o tendría que estar) presente en todas las relaciones que tengamos: románticas, laborales, familiares y sociales.   

Pero hoy queremos reivindicar que ser responsable afectivamente no afecta únicamente a las relaciones con las otras personas, sino también con unx mismx. ¿A qué nos referimos?  

A que si yo, por ejemplo, tengo una relación con una persona en una situación compleja y me dedico a cuidarla y respetarla por encima de todo; sí, estoy siendo responsable afectivamente con ella, pero no conmigo mismx. Si no escucho lo que necesito, quiero o puedo sostener, y priorizo el bienestar de la otra persona respecto al mío, realmente estoy siendo muy poco responsable afectivamente conmigo mismx.  

¿Y por qué es importante? Obviamente, cuando hablamos de la responsabilidad hacia la gente queda patente que las consecuencias de no serlo pueden ser el rechazo social, conflictos sociales, soledad,… Pero cuando se trata hacia nosotrxs mismxs, los efectos no son tan visibles a pesar de ser igualmente importantes. Nos influencia a nivel de autoestima, que disminuye porque nos consideramos menos importantes que el resto; a nivel anímico, porque nos desgasta, lo cual nos puede provocar estados de ánimo de irritabilidad e ira; y finalmente a nivel social, porque podemos acabar culpando al resto de nuestro malestar.  

 

Por lo tanto, tengamos presente que cuidar, respetar, escuchar y velar por el bienestar, tiene que ser algo importando a llevar a cabo hacia todo el mundo, ¡incluyéndonos nosotrxs!  

Esperamos que te haya resultado interesante, ¡y nos vemos el próximo miércoles!  

  

El equipo de Somni Psicologia 

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