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¿Cuántos padres y madres temen y sufren la llegada del momento de las notas? Ese momento en que los niños y niñas llegan de la escuela con un papel, que pretende reflejar el conocimiento adquirido durante ese trimestre. Y es que a muchos padres y madres les genera ansiedad este momento, ya que les parece determinante para sus niñxs, y aparece el común miedo al fracaso: “¿Y si ha suspendido muchas?”, “¿Y si no consigue aprobarlas?”, “¿Y si no le gusta estudiar?”, “¿Va a ser un/a fracasadx?”
¿Y dónde va toda esa falta de confianza y miedo al fracaso? Obviamente a los niñxs que, aunque creamos que no nos escuchan o que no nos están haciendo caso, son como una esponja que absorben todo lo que ven y todo lo que oyen.
Y es que, como hemos hablado en muchas ocasiones, cada niñx es un mundo, con sus habilidades y con sus dificultades, y a veces un sistema académico rígido y basado en aprender conceptos y plasmarlos en un examen puede no ser beneficioso para todxs ellxs. Si solo basamos las habilidades de los niñxs y su valía en los logros académicos, no solo los padres y madres tendrán y vivirán ese miedo al fracaso de sus hijxs, sino que ellxs también lo experimentarán.
¿Qué puede generar eso? Pues seguramente nos encontraremos con niños y niñas ansiosxs, nerviosxs, con una baja autoestima, y con mucho miedo a probar cosas nuevas o a seguir intentando cosas que no les salen, por el miedo a fracasar.
Es importante hablar y mostrar a los niños y niñas el valor del fracaso, la importancia de intentar las cosas, aunque no nos salgan; de probar cosas nuevas, de seguir intentándolo, y sobre todo, es importante que restemos importancia a esas notas y le demos un valor distinto, de celebrar y realzar aquellas áreas en las que ha destacado, y las que no, no vivirlas como un fracaso sino como una manera de visualizar en qué cosas tocará esforzarse un poquito más.
Y, a ser posible, generar un espacio en el que hablar de que cosas también nos cuestan a nosotros como adultos y que seguimos intentando, asegurándonos que no tenga miedo a suspender, a equivocarse, a vivir esos errores como parte del proceso de aprender, para que en un futuro no tengan miedo a probar, intentar y equivocarse.
¡Nos vemos la semana que viene con un nuevo artículo!
El Equipo de Somni Psicologia
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Falta muy poquito para que lleguen las notas de los colegios y eso supone un episodio importante para muchas familias.
Y es que estas calificaciones pueden suponer un antes y un después sobre cómo los padres y las madres conciben las habilidades de sus peques. Y, consecuentemente, en cómo los niños y niñas conciben sus propias habilidades.
Es un momento muy delicado. ¡Y no sólo en el caso de las malas notas! Tenemos que prestar especial atención a la forma como reaccionamos y cómo nos comunicamos con nuestros/as peques en el momento en que abrimos ese temido sobre.
Hay que tener en cuenta que, las notas, no sólo pueden inquietarnos a nosotras, las personas adultas. Los y las peques ponen gran parte de sus deseos y expectativas entorno a sus propios resultados académicos y, a partir de las calificaciones que obtengan, valorarán muchos aspectos de su día a día: sus propias habilidades, los conocimientos obtenidos, su autoestima, el esfuerzo invertido, la constancia…
Por tanto, nuestra reacción ante ellas podrá suponer que esta autovaloración se negativice o se positivice.
Y, ¿qué debemos hacer?
- El momento de ver las notas debe ser un momento de tranquilidad. Tenemos que gestionar nosotros/as las emociones que nos despierten las calificaciones para no influenciar a nuestras hijas/os, con las mismas. Para ello, podemos intentar mantener una comunicación abierta con los y las maestras para estar anticipados/as de lo que nos vamos a encontrar cuando abramos el sobre. Así, lo tendremos ya digerido en el momento clave.
- Antes de abrir el documento, podemos preguntar a nuestros/as hijos/as qué sienten respecto sus notas. ¿Están contentos? ¿Se sienten orgullosos/as de su trabajo? Estas simples preguntas nos ayudarán a afrontar la situación validando sus emociones y ayudándoles a gestionar emocionalmente el momento de verlas.
- Es importante que el momento de revisar las notas sea una actividad conjunta. Podemos dejar que nos las expliquen o ir leyendo en voz alta. Sobre todo, debemos evitar el momento de lectura en voz baja con el menor delante. Ese silencio largo, puede augmentar los nervios de nuestros niños y niñas, dificultando su gestión emocional.
- Puede ayudar separar las notas por asignaturas y dejar que hablen sobre cada una de ellas. Explicar lo que recuerde de lo que han hecho, qué más le ha gustado, lo que le cuesta, alguna experiencia que quiera comentar… Eso le ayudará a integrar el porqué de dichas calificaciones.
- Ante las asignaturas con peores calificaciones, podemos hablar de puntos fuertes y débiles. Es importante normalizar que todos y todas los tenemos, y reforzar el esfuerzo y la constancia. Necesitan saber que sentimos orgullo de ellos/as, y que confiamos en que seguirán esforzándose por adquirir los aprendizajes.
- Es muy importante reforzar todas las pequeñas mejoras, no únicamente los grandes éxitos. Pensemos que para un/a niño/a que siempre suspende las matemáticas, una nota que dice que se está esforzando y, pese a no haber aprobado, ha hecho una mejora, es una evolución que debemos reforzar para que siga esforzándose.
- Y, finalmente, pero no menos importante, debemos validar todas las emociones que aparezcan. No sólo las que muestren mientras miramos las notas, sino también todas las que les pueden haber acompañado a lo largo del trimestre. ¡Pueden ser muchas!
¿Y qué pasa si las notas son realmente desastrosas?
Es verdad que hay ocasiones en que es muy difícil aplicar todo aquello que os comentábamos hasta ahora. Hablamos de casos de niños, niñas o adolescentes que realmente obtienen resultados muy por debajo de lo esperado.
Debemos tener en cuenta que ningún menor obtiene malas notas por placer. Detrás de esto puede haber múltiples causas y todas ellas merecen especial atención: falta de hábitos de estudio, de herramientas, de motivación, dificultades académicas, emocionales…
En estos casos, debemos aplicar aún con más delicadeza cada uno de los consejos anteriormente mencionados, centrándonos especialmente en reforzar cada pequeña mejora y motivarle para esforzarse en un futuro.
Aquí será aún más importante, pese a que sea mucho más difícil, mantener en todo momento una comunicación asertiva y afectiva, evitando gritos o castigos, y validando todas las emociones que aparezcan en torno a este suceso.
Posteriormente, podremos crear un nuevo plan de estudio conjuntamente, analizando qué ha pasado y qué podemos hacer para mejorar esta situación de cara a próximos cursos o trimestres.
Esperamos que este artículo os haya resultado interesante y que la semana que viene podáis aplicar todos estos tips con las notas del colegio. Si necesitáis ayuda, no dudéis en escribirnos.
¡Hasta la semana que viene!
El Equipo de Somni Psicologia.