¿Cómo podemos afrontar las notas del colegio?

¿Cómo podemos afrontar las notas del colegio?

Falta muy poquito para que lleguen las notas de los colegios y eso supone un episodio importante para muchas familias. 

Y es que estas calificaciones pueden suponer un antes y un después sobre cómo los padres y las madres conciben las habilidades de sus peques. Y, consecuentemente, en cómo los niños y niñas conciben sus propias habilidades. 

Es un momento muy delicado. ¡Y no sólo en el caso de las malas notas! Tenemos que prestar especial atención a la forma como reaccionamos y cómo nos comunicamos con nuestros/as peques en el momento en que abrimos ese temido sobre. 

Hay que tener en cuenta que, las notas, no sólo pueden inquietarnos a nosotras, las personas adultas. Los y las peques ponen gran parte de sus deseos y expectativas entorno a sus propios resultados académicos y, a partir de las calificaciones que obtengan, valorarán muchos aspectos de su día a día: sus propias habilidades, los conocimientos obtenidos, su autoestima, el esfuerzo invertido, la constancia… 

Por tanto, nuestra reacción ante ellas podrá suponer que esta autovaloración se negativice o se positivice.  

Y, ¿qué debemos hacer? 

  • El momento de ver las notas debe ser un momento de tranquilidad. Tenemos que gestionar nosotros/as las emociones que nos despierten las calificaciones para no influenciar a nuestras hijas/os, con las mismas. Para ello, podemos intentar mantener una comunicación abierta con los y las maestras para estar anticipados/as de lo que nos vamos a encontrar cuando abramos el sobre. Así, lo tendremos ya digerido en el momento clave.  
  • Antes de abrir el documento, podemos preguntar a nuestros/as hijos/as qué sienten respecto sus notas. ¿Están contentos? ¿Se sienten orgullosos/as de su trabajo? Estas simples preguntas nos ayudarán a afrontar la situación validando sus emociones y ayudándoles a gestionar emocionalmente el momento de verlas. 
  • Es importante que el momento de revisar las notas sea una actividad conjunta. Podemos dejar que nos las expliquen o ir leyendo en voz alta. Sobre todo, debemos evitar el momento de lectura en voz baja con el menor delante. Ese silencio largo, puede augmentar los nervios de nuestros niños y niñas, dificultando su gestión emocional. 
  • Puede ayudar separar las notas por asignaturas y dejar que hablen sobre cada una de ellas. Explicar lo que recuerde de lo que han hecho, qué más le ha gustado, lo que le cuesta, alguna experiencia que quiera comentar… Eso le ayudará a integrar el porqué de dichas calificaciones. 
  • Ante las asignaturas con peores calificaciones, podemos hablar de puntos fuertes y débiles. Es importante normalizar que todos y todas los tenemos, y reforzar el esfuerzo y la constancia. Necesitan saber que sentimos orgullo de ellos/as, y que confiamos en que seguirán esforzándose por adquirir los aprendizajes. 
  • Es muy importante reforzar todas las pequeñas mejoras, no únicamente los grandes éxitos. Pensemos que para un/a niño/a que siempre suspende las matemáticas, una nota que dice que se está esforzando y, pese a no haber aprobado, ha hecho una mejora, es una evolución que debemos reforzar para que siga esforzándose. 
  • Y, finalmente, pero no menos importante, debemos validar todas las emociones que aparezcan. No sólo las que muestren mientras miramos las notas, sino también todas las que les pueden haber acompañado a lo largo del trimestre. ¡Pueden ser muchas! 

 

¿Y qué pasa si las notas son realmente desastrosas? 

Es verdad que hay ocasiones en que es muy difícil aplicar todo aquello que os comentábamos hasta ahora. Hablamos de casos de niños, niñas o adolescentes que realmente obtienen resultados muy por debajo de lo esperado. 

Debemos tener en cuenta que ningún menor obtiene malas notas por placer. Detrás de esto puede haber múltiples causas y todas ellas merecen especial atención: falta de hábitos de estudio, de herramientas, de motivación, dificultades académicas, emocionales… 

En estos casos, debemos aplicar aún con más delicadeza cada uno de los consejos anteriormente mencionados, centrándonos especialmente en reforzar cada pequeña mejora y motivarle para esforzarse en un futuro. 

Aquí será aún más importante, pese a que sea mucho más difícil, mantener en todo momento una comunicación asertiva y afectiva, evitando gritos o castigos, y validando todas las emociones que aparezcan en torno a este suceso. 

Posteriormente, podremos crear un nuevo plan de estudio conjuntamente, analizando qué ha pasado y qué podemos hacer para mejorar esta situación de cara a próximos cursos o trimestres. 

 

Esperamos que este artículo os haya resultado interesante y que la semana que viene podáis aplicar todos estos tips con las notas del colegio. Si necesitáis ayuda, no dudéis en escribirnos. 

¡Hasta la semana que viene! 

El Equipo de Somni Psicologia. 

Miedos infantiles, ¿qué podemos hacer?

Miedos infantiles, ¿qué podemos hacer?

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¿Habéis escuchado alguna vez la frase “no debes tener miedo”? 

Sí, es tan frecuente decirla y escucharla que no es extraño conocer a gente que ha convertido esta frase en un mantra que se repiten a sí mismos/as una y otra vez cuando una situación les genera dicha emoción. 

El miedo es una emoción básica y como tal tiene una función adaptativa para los seres humanos. Esto quiere decir que nos ayuda a sobrevivir como especie y que, por tanto, sí que debemos tener miedo si queremos sobrevivir. 

La función adaptativa del miedo es protegernos de todo aquello que pueda ser peligroso para nosotros, proporcionando respuestas de huida o ataque ante el estímulo que nos despierta dicha emoción. 

No es de extrañar, pues, que los miedos varíen según la edad, en función de la consciencia de riesgo que tenga la persona ante distintos estímulos.  

Este hecho explica que los miedos infantiles nos parezcan irracionales e incluso absurdos en muchas ocasiones. Por ejemplo, al ver que un niño o niña llora cuando su madre se aleja, aunque esté su padre presente, pero no llora cuando la familia sufre un atraco.  

Si en el momento en que el niño o niña llora porque su madre se aleja, nosotros pensamos que es una situación absurda y decimos “No debes tener miedo. Mamá no se va para siempre”, le estamos anulando su emoción a pesar de que ésta esté siendo adaptativa. 

Esto no supondrá una consecuencia importante si pasa en una única ocasión, pero si se convierte en algo recurrente, este niño o niña, comenzará a presentar dificultades para identificar, aceptar y gestionar el miedo.  

Y entonces, ¿cómo podemos reaccionar cuando nuestros peques están asustados? 

  • Podemos crear un espacio de conversación en que podamos escuchar e ir a la raíz de aquello que les da miedo a nuestros peques. En estas conversaciones, deberíamos intentar normalizar hablar de los miedos, y no solo los de nuestros peques, también de los nuestros, así verán que sentir miedo es de lo más normal. 
  • Siempre debemos validar y acompañar la emoción a pesar de que nosotros no compartamos su miedo. Recordad, cuando validamos una emoción diciendo “entiendo que tengas miedo de que venga un monstruo” no estamos hablando de si existen o no los monstruos, estamos diciendo que entendemos que exista ese miedo, y nuestros peques necesitan que entendamos su emoción. 
  • Los juegos de imaginación son la mejor herramienta para que los peques superen sus miedos, por ejemplo, creando un superhéroe imaginario que lo proteja o dejando una trampa para los monstruos bajo la ventana. 
  • Podemos buscar un objeto, juguete o ¿por qué no? nuestra mascota, a modo de protección, de forma que lo pueda coger o ir a visitar para sentirse seguro. 
  • En caso de que se trate de un miedo muy intenso, podemos crear una cueva o cabaña en su habitación que le haga sentirse seguro o segura, fuera del alcance de aquello que le da miedo. 

Si a pesar de estas ideas, observáis que vuestros peques se bloquean mucho ante alguna situación que le genera miedo, que se trata de situaciones muy irracionales o que estos miedos empiezan a suponer consecuencias importantes en su día a día, no dudéis en pedir ayuda a un profesional que pueda ayudarle. 

Esperamos que os haya sido útil y si queréis saber más, no dudéis en poneros en contacto con nosotras. 

Equipo de Somni Psicologia.

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