Autocuidado, Autoestima, Emociones, Maternidad, NUESTRO BLOG, Parentalidad, Salud Mental, Terapia
Des del momento en que nos hacemos un test de embarazo y descubrimos que vamos a ser madres, descubrimos también un gran abanico de emociones.
Algunas de ellas son desconocidas para nosotras; otras las hemos vivido ya, aunque nunca con tanta intensidad; y muchas otras eran conocidas, pero nunca las hubiésemos asociado a las situaciones en que aparecen ahora.
Hoy hablaremos sobre la culpa.
Hace poquito oímos una frase que nos dejó heladas. Decía “la maternidad y la culpa son inseparables”. ¿Qué opináis vosotras y vosotros? ¿Creéis que es real?
Tal como os contábamos la semana pasada en este blog, todas las emociones son adaptativas (nos ayudan a sobrevivir como especie) y cumplen con un objetivo muy concreto. El de la culpa, es ayudar a la persona a activarse y responsabilizarse. Y, ¿qué puede implicar más responsabilidad que ser madre?
Biológicamente, las mujeres cis estamos predispuestas a adquirir esta responsabilidad. Nuestro cerebro procesa la información que deriva de nuestras/os peques de forma distinta a como la procesa el cerebro del padre o de las personas externas al niño o la niña. Y, por tanto, si existe esta sensación de responsabilidad, es muy fácil que aparezca la culpa.
Sin embargo, pese a ser una emoción adaptativa, puede ser difícil gestionarla.
En muchas ocasiones, encontramos que detrás de la dificultad existen conceptos como los siguientes:
- Hiperresponsabilidad: Es muy importante saber en qué medida podemos influenciar en el desarrollo de nuestros niños y niñas, y no sobredimensionarla.
- Expectativas poco realistas: Como la idea de ser una “súpermadre” o que nuestros/as peques sean unos “súperniños”.
- Comparaciones con otras madres o con información externa: Es muy fácil compararse, y en este caso no nos ayuda nada.
- Baja tolerancia al error: Por desgracia, seguimos oyendo mucho el comentario de “es una mala madre”.
Estos conceptos aumentan la intensidad en que vivimos dicha emoción y dificultan mucho su gestión, pudiendo suponer consecuencias a nivel emocional y a nivel de crianza.
Entonces ¿la maternidad y la culpa son inseparables?
Para nosotras la respuesta es clara: la culpa es inseparable del ser humano, sí. Y es cierto que, durante la maternidad, puede aparecer con más frecuencia debido a la responsabilidad que sentimos frente a nuestros niños y niñas. Pero no por ello tiene que ser un estado frecuente o permanente, ni tiene por qué vivirse con una intensidad que no podamos gestionar.
Si es así, es porque detrás de esta culpa existen ciertos conceptos que la están intensificando o manteniendo y que debemos trabajar para proteger nuestra salud mental como madres.
Esperamos que este artículo os haya resultado útil e interesante. Si os habéis identificado y creéis que hay cosas que os gustaría trabajar, no dudéis en contactar con nosotras y os ayudaremos en todo lo que podamos.
¡Restamos a vuestra disposición!
El equipo de Somni Psicologia
Autocuidado, NUESTRO BLOG, Salut Mental, Terapia
A menudo, cuando nos planteamos dar nuestra opinión o hablamos con la gente de nuestro alrededor, vamos con mucho cuidado con las palabras, la entonación y la intencionalidad de nuestro mensaje.
Tenemos muy claro que cuando nos comunicamos, nuestras palabras tienen un efecto en la otra persona. Sabemos que si utilizamos un lenguaje (verbal o corporal) agresivo, provocaremos malestar (tristeza, ira, decepción, rechazo) en el otro. Y, si somos persistentes en este estilo comunicativo, esta persona se alejará.
La cuestión de hoy es: ¿te has parado a pensar cómo afecta tu estilo comunicativo hacia ti mismo/a?
En todo momento (pero sobre todo cuando llega el verano y nos bombardean con mil mensajes sobre cómo tendría que ser nuestro cuerpo o nuestra vida), aparecen muchos mensajes mentales de juicio hacia uno/a mismo/a. Muy a menudo estos son de un estilo agresivo: “¡qué ridícula!”, “¿cómo se te ocurre salir así a la calle?”, “soy idiota”, “qué pringado”, “es normal que no te quiera nadie”.
Qué duro, ¿verdad? Cuando nos decimos estas cosas, lo que estamos haciendo es destrozar nuestra autoimagen y nuestra autoestima, provocando así una reacción de desprecio hacia uno/a misma. Además, estos mensajes disminuirán nuestra seguridad, haciéndonos más propensos y propensas a sufrir trastornos como la depresión y la ansiedad, y haciéndonos más vulnerables a las manipulaciones externas.
Así pues, desde aquí os recomendamos que os planteéis si diríais este tipo de mensajes a una persona que queréis mucho, como vuestra pareja, vuestro hermano pequeño o vuestra madre. Y en caso de que no, intentéis modificarlos en vuestra cabeza. Para hacerlo, os proponemos:
- Fíjate en tu lenguaje: el primer paso es identificar cómo te hablas y cuando lo haces de manera agresiva.
- Céntrate en las conductas: si hay algo que haces que no te gusta, en vez de hacer un juicio de quién “eres”, plantéate qué te gustaría hacer. En lugar de decir “soy un perezoso”, di “me gustaría ser más activo”.
- Céntrate en aquello que te gusta: no solo pienses en todo aquello de ti que no te gusta, también valora y ocupa espacio mental con las cosas que sí que te gusten.
- Practica la autocompasión: acepta que a veces habrá cosas que no harás bien, que te equivocarás o que no te gustarán. No pasa nada, es importante escucharte, aceptarte y no presionarte en exceso.
- Imagina que lo dice otra persona: si alguien otro se dijera a sí mismo/a estos mensajes, ¿cómo responderías? ¡Puedes probar entonces de darte estas respuestas a tú mismo/a!
¡Esperamos que este artículo os haya resultado interesante! Y si tenéis cualquier duda, pregunta o necesitáis ayuda, ¡estamos a vuestra disposición!
El Equipo de Somni Psicologia
Diagnóstico, NUESTRO BLOG, Salut Mental, Terapia, Trastorno Mental
No es extraño escuchar a personas (incluso profesionales de la salud) que consideran que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) no existe.
Algunos opinan que es un cajón de sastre inventado por los profesores con el fin de etiquetar a los niños y niñas movidos que se meten en conflictos y les hacen la vida imposible. Mientras que otros, lo consideran un invento de la psiquiatría americana para vender una medicación que en realidad no es beneficiosa.
Fuera de conjeturas, es cierto que cada vez se utiliza más esta etiqueta. Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), actualmente, la prevalencia del TDAH es del 5% en la infancia. Y este porcentaje, además de ser muy elevado, no para de crecer.
El DSM-5 define el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) por la presencia de un patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o el desarrollo.
La inatención se caracteriza por la falta de atención a detalles, la dificultad en el mantenimiento de la atención de tareas, la apariencia de no escuchar cuando se le habla directamente, la dificultad para seguir las instrucciones y para terminar las tareas, o la distracción por estímulos externos de forma continuada.
La hiperactividad e impulsividad se definen por la necesidad de levantarse en situaciones en que se espera que permanezca sentado, corretear o trepar en situaciones poco apropiadas, la dificultad para jugar u ocuparse tranquilamente en actividades recreativas, hablar excesivamente o las interrupciones frecuentes.
Sí, estamos de acuerdo con que esta definición parece poco concreta, con lo que podría llevarnos al sobrediagnóstico de niños y niñas movidos que prestan poca atención al entorno. Pero el diagnóstico de TDAH va mucho más allá.
Para la evaluación de niños y niñas con sospecha de TDAH, es muy importante combinar la administración de pruebas que valoren la inatención, la hiperactividad y la impulsividad, de forma cuantitativa, con la observación de un profesional especializado en el tema, que dará el punto de vista cualitativo. A esto lo llamamos, un diagnóstico clínico.
Pero, a pesar de tener este conocimiento, muchos siguen dudando de la necesidad de realizar este diagnóstico. ¿Realmente las personas con TDAH tienen unas necesidades distintas a los demás?
La neurociencia se ha encargado de dar respuesta a esta pregunta.
Los estudios indican que el TDAH se produce debido a una alteración en los circuitos reguladores que comunican dos zonas cerebrales: el córtex prefrontal (encargado de la función ejecutiva, planificación, orden de ejecución, corrección de errores…) y los ganglios basales (encargados del control de impulsos y la inhibición de repuestas automáticas).
Esta alteración supone una forma distinta de procesamiento de la información, afectando a la atención, el estado de alerta, la memoria de trabajo y el control ejecutivo, que puede suponer dificultades para que las personas con TDAH se adapten al día a día y las normas de nuestra sociedad.
Visto esto, según nuestra opinión, el problema no radica en la realidad de la existencia de dicho diagnóstico, pues hay abundante evidencia científica al respecto, sino en la concepción que tiene la sociedad sobre las personas que lo tienen.
Si consideramos el TDAH como una enfermedad, es cierto que estamos patologizando a población que es posible que no precise una intervención médica.
En cambio, si consideramos el TDAH como una forma distinta de pensar y de procesar la información del entorno, podemos buscar cómo adaptar nuestro día a día a las personas con TDAH, así como ayudarles a ellos y ellas a adaptarse a una sociedad que piensa y procesa la información de una forma distinta.
Esperamos que este artículo haya sido de vuestro interés y, si queréis saber más, no dudéis en poneros en contacto con nosotras.
El Equipo de Somni Psicologia
Diagnóstico, NUESTRO BLOG, Salut Mental, Terapia, Trastorno Mental
Hoy, 7 de abril, es el día mundial de la salud.
Esta fecha fue elegida en conmemoración a la fundación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), dada la necesidad de dar conciencia a la población sobre las enfermedades que nos rodean y la importancia de crear hábitos saludables para prevenirlas.
A lo largo de los años, pero, el día mundial de la salud ha ido ampliando su razón de ser y hoy en día va mucho más allá de la concienciación sobre los hábitos saludables, convirtiéndose en un día reivindicativo que reclama la igualdad de acceso a la salud.
La OMS define la salud como un estado de completo bienestar físico, mental y social, no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades. Y es por ello, que la igualdad de acceso a la salud no únicamente debería incluir los servicios que van asociados al bienestar físico, sino también al bienestar mental y social.
Por esta razón, desde Somni Psicologia, hemos creído que era esencial sumarnos a este movimiento, dando visibilidad a esta lucha, que, en parte, forma parte de nuestra labor cuidando la salud mental de las personas.
El término salud mental hace referencia a un estado de bienestar subjetivo en el que las personas son capaces de hacer frente a las demandas psicosociales de su día a día. Y, con la situación actual derivada del Covid-19, las demandas de nuestro entorno se han vuelto mucho más exigentes, de forma que hacerles frente no resulta nada fácil.
Nos encontramos en un momento en que se están disparando los intentos de suicidio, los diagnósticos de trastornos de estado de ánimo, de ansiedad, de depresión, de conducta…. Momentos en que hablamos con amigos, compañeros de trabajo o familiares y los mensajes de desesperación ante la situación actual no cesan.
A menudo, las medidas de seguridad nos ayudan a evitar contagios, pero aumentan la sensación de aislamiento social y de inestabilidad emocional, y es importante tener recursos para afrontarlo.
Recursos que no siempre llegan a la población, dada la falta de servicios de salud mental públicos, pues la ratio estatal de psiquiatras y psicólogos en España, no llega a los 10 por 100.000 habitantes, mientras que la europea está en 18.
El lema que promueve la OMS este año para el día de hoy, día mundial de la salud es “construyamos un mundo más justo y saludable”. Y eso es lo que pretendemos desde nuestro pequeño centro, dando voz y consejo a todos y todas aquellos/as que acuden a nosotras, que nos leen a través del blog o que visitan nuestras redes sociales.
Esperamos que este artículo os haya parecido interesante y, en caso de que nos queráis ayudar a promover la igualdad en el acceso a la salud global y, concretamente, a la salud mental, dedicad unos segundos a compartirlo a través de vuestras redes sociales.
El Equipo de Somni Psicología.