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Se acaba el año y con él dejamos atrás 365 días llenos de momentos y experiencias vividas.
Fin de año suele ser siempre un momento nostálgico, de recordar el camino hecho, de repasar todo aquello vivido, de valorar y poner en una balanza las decisiones que hemos tomado y donde nos han llevado.
Pero también es un momento de oportunidad; de oportunidad de extraer aprendizajes de aquellas cosas que quizás no han ido tan bien, o de valorar nuestras capacidades sobre cómo hemos afrontado situaciones o problemas que han aparecido.
Y es que muchas veces, todo el que vayamos viviendo a lo largo del año, pasa desapercibido bajo el ritmo frenético de nuestro día a día, sin tener un momento para parar y darnos cuenta de lo que está pasando.
Aunque nos parezca que no, muchas veces los niños y niñas también viven dentro de este ritmo acelerado que llevamos las y los adultos: escuela, extraescolares, actividades el fin de semana…
Es por eso que hoy hemos decidido llevaros una dinámica para despedir el año de una manera consciente y conectada con nuestras emociones y con todo aquello que hemos vivido durante el año que dejamos atrás.
La propuesta que os traemos hoy consiste al crear entre toda la familia una cápsula del tiempo, una caja donde guardaremos todo aquello que nos recuerde en el año que dejamos atrás: fotografías, escritos, recuerdos, entradas a espectáculos, ¡cualquier cosa que se nos ocurra!
Al final del año, crearemos entre toda la familia la cápsula del año que dejamos atrás y, mientras lo hacemos, podremos recordar, entre todos y todas, aquellos momentos; compartir anécdotas, explicar cómo nos hicieron sentir, incluso podremos comprobar como un mismo recuerdo o momento nos puede hacer sentir de maneras diferentes a cada persona.
Una vez llenada la cápsula, la guardaremos en un lugar seguro y prometiendo no abrirla en ningún momento durante el resto del año y el próximo fin de año, podremos abrirla juntas y juntos, y recordar todo aquello que pusimos y, que, en aquel momento, ¡era importante para nosotros! Y, otra vez, podremos crear entre todos la nueva cápsula del año que dejamos atrás.
Esta dinámica también nos permite que, durante el año, cada uno de nosotrxs vaya haciendo una lista o guardando aquellos momentos o recuerdos que querrá poner a la cápsula de aquel año y, por lo tanto, nos hará valorar a cada uno la importancia de aquellos momentos, para estar más presentes en aquello que estamos haciendo, y para valorar si es digno de entrar en nuestra cápsula del tiempo.
Esperamos que os haya gustado la dinámica y que nos expliquéis vuestra experiencia si decidís ponerla en práctica. Y de parte de todo nuestro equipo, ¡feliz año nuevo!
El Equipo de Somni Psicologia
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A veces no somos conscientes de cómo nuestras palabras pueden incidir en el resto de la gente y a veces somos sinceros/ as de una manera que puede afectar a las personas. Cada uno recibe la información a través de sus interpretaciones y de su gestión emocional, y cada uno le da una importancia diferente. Por eso es necesario que sepamos que no todo el mundo comparte la misma manera sentir y de expresar las emociones; para ser empático/a a veces es necesario abrir nuestro punto de vista y ampliarlo, sabiendo que no todo el mundo gestiona las palabras como uno/a mismo/a lo hace. Es por ello que resulta tan importante; para poder ayudar a los y las nuestras y también para cuidar a gente que no conocemos demasiado, procurando utilizar el filtro social para aconsejar, apoyar o decir las cosas.
Ser empático/a quiere decir saberse poner en la piel de los demás e intentar saber cómo actuar ante situaciones que a veces son complejas. Ser empático/a quiere decir tener en cuenta los sentimientos de los demás y aceptarlos sin juzgarlos. También es necesario ser empático con uno mismo/a. A veces somos muy empáticos/as con el resto y nos olvidamos de nosotros mismos/as. Os ponemos un ejemplo: estás pasando por una situación difícil, es navidad y todo el mundo está contento, así que decides que explicar tu mala noticia puede restar felicidad a otra persona y tú, como eres “muy valiente”, decides sostenerlo todo tú y gestionarlo sin pedir apoyo a los tuyos o tuyas. Haciendo esto te responsabilizas emocionalmente y el no compartir o no desahogarte o pedir ayuda está indicando que no estás siendo empático/a contigo mismo/a.
Cómo podemos ser empáticos/as:
- Escuchar activamente.
- Intuir qué busca con la interacción social la persona que nos pide ayuda o que se desahoga.
- Ponernos en su piel pensando cómo es él/la y cómo se está sintiendo.
- Validar la emoción que está teniendo sin juzgarla.
- Dar consejos, desde tu punto de vista sin obligar ni presionar a la persona.
- Ofrecer ayuda de una manera abierta para darle espacio a la persona a actuar o a pedir la ayuda si lo quiere hacer.
Es esencial saber que a veces, por la situación que tenemos, ser empáticos/as cuesta más o menos. Así pues, como hemos comentado en otras entradas de blog, es importante comunicar cómo nos sentimos para que la otra persona pueda entendernos y no lo viva como si no tuviéramos intencionalidad de ayudarla o de ofrecerle ayuda. En conclusión, ser empático es una necesidad para tener relaciones sanas y cuidadas, pero debemos recordar que la gestión emocional para cada persona es diferente y debemos tenerla en cuenta. Finalmente, recuerda: mostrar empatía hacia un/a mismo/a, ¡también es una necesidad!
¡Esperamos que te haya resultado interesante! ¡Hasta el miércoles que viene!
El Equipo de Somni Psicologia
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Muchas veces damos por sentado que la sociedad ha avanzado, que cada vez hay menos discriminaciones y más respeto hacia todos los colectivos, y que nosotrxs no faltamos al respeto ni discriminamos por ninguna condición.
A pesar de ello, desde siempre ha habido y sigue habiendo colectivos que son especialmente vulnerados, siendo objeto de rechazo y de burlas. Hoy queremos hablar de un colectivo en concreto, hacia el que creemos que se han normalizado discriminaciones y faltas de respeto, incluso en edades muy tempranas: las personas con sobrepeso.
Y es que, ¿cuántas veces hemos oído utilizar la palabra “gordo” o “gorda”, no como una característica física de alguien, como podría ser alto o alta, sino como un insulto? Y no hablamos solo de adultxs, puesto que esta estigmatización hacia las personas gordas ya empieza des de la infancia, creando en estos niños y niñas consecuencias graves a nivel psicológico, emocional y de autoestima, entre otros.
En una sociedad en la que se asocia la idea de delgadez como sinónimo de felicidad y éxito, y como algo que se espera de todxs; de manera que de forma hasta inconsciente colocamos a aquellos con cuerpos no normativos un peldaño por debajo en la escalera de privilegios.
Son muchos los niños y niñas que solo por el hecho de tener un cuerpo más grande al resto, tienen que someterse a que lxs señalen, se rian de ellxs, burlas, comentarios, y una lista infinita de faltas de respeto y discriminaciones por ser “diferentes”. Y es que muchas de estas discriminaciones vienen de comentarios, ideas y valores que lxs adultxs tienen completamente interiorizados y verbalizan sin pensar en el efecto que pueden tener en los más pequeños: “¿Pero, ¿cómo se viste así con ese cuerpo?”, “Como no va estar gordx comiéndose esa hamburguesa”, “Has engordado un poco, ¿no? Deberías hacer deporte.”, etc.
¿Tienen esos comentarios consecuencias? Las investigaciones académicas apuntan que nueve de cada diez niñxs gordxs tienen problemas de autoestima, el 47% de las chicas entre 12 y 16 años quieren adelgazar y el 41%, además, ya ha hecho alguna vez dieta por su cuenta.
Está claro que no podemos cambiar la sociedad de la noche al día, pero si abrimos los ojos y somos conscientes de los errores que podemos estar cometiendo como adultxs en ese sentido, y vamos rompiendo esas ideas inculcadas, poco a poco podemos hacer desaparecer esta discriminación.
Así pues, ¿cómo podemos ayudar?
- Fomentando impartir charlas y actividades en los centros para combatir los estereotipos y la vergüenza corporal.
- Buscar y normalizar referentes con diferentes tipos de cuerpos.
- Educar con valores como el respeto, la tolerancia y la diversidad
- Fortalecer su propia autoestima, autoconocimiento y valor.
- Propiciar espacios seguros en casa, en los que facilitar hablar de lo que pueda suceder.
- Hablar sobre nuestras partes no normativas, fomentando la aceptación corporal y amor propio.
- Y, sobre todo, y como siempre, deconstruir nuestras creencias y aquello que tenemos normalizado, para ser un referente para los niños y niñas e intentar fomentar el cambio en nostrxs y en ellxs.
Esperemos que os haya resultado interesante el artículo y no dudéis en escribirnos si queréis más información sobre este tema.
El Equipo de Somni Psicologia
Diagnóstico, Emociones, Gestión Emocional, NUESTRO BLOG, Salud Mental, Terapia

¿Qué sabemos de las Altas Capacidades? Hay muchas personas que tienen un diagnóstico de Altas Capacidades y, a veces, es difícil pensar que las dificultades que presenta sean compatibles con el diagnóstico, simplemente por el significado que le da la sociedad al mismo.
Este diagnóstico afecta al entorno vital de la persona que lo posee; ya sea en el ámbito personal, social, académico o laboral. Así pues, es importante establecer una diferenciación de cada diagnóstico con su sintomatología, sin dejar de ver el global de la unicidad de la persona. A veces es difícil comprenderlo, puesto que en nuestra sociedad actual el diagnóstico de Altas Capacidades tiene una connotación positiva, pero no hay que dejar de lado las peculiaridades o dificultades que determina.
Una persona con Altas Capacidades, puede tener intereses personales especiales, puede mostrarse rígido y vulnerable a la sensibilidad emocional, y puede presentar conductas sociales que vistas desde fuera pueden llamar nuestra atención. Muchas veces caemos en la trampa de etiquetar a una persona por su diagnóstico y, en este caso, no dar valor a las dificultades que aparentemente no se ven. Además, con un diagnóstico de Altas Capacidades podemos caer en el mito de: «Si es muy inteligente, como no tiene que entender esto» «Cómo no va a saber hacerlo» «Hay que ponerle retos más complejos».
A una persona con Altas Capacidades, el hecho que la gente del entorno pueda verla o concebirla cómo alguien superior en inteligencia, puede menguarle la autoestima cuando se encuentra ante un error o un fracaso, puesto que tiene inculcado que él o ella tendría que ser más que el resto. Por eso, consideramos muy importante explicarle a la persona qué significa tener Altas Capacidades y no quedarnos solo con la lógica de las palabras del diagnóstico.
A veces las familias deciden desarrollar una evaluación diagnóstica al ver algunos aspectos peculiares en sí mismos/as, o en sus hijos. La demanda puede ser muy diversa:
- Mi hijo/a se distrae mucho en clase
- Mi hijo/a molesta sus compañeros
- Mi hijo/a pregunta mucho sobre un tema y hasta que no tiene una solución a su curiosidad no para
- Mi hijo/a se preocupa mucho por actos de terceros y sufre
- Mi hijo/a es muy sensible y llora mucho
- Mi hijo/a tiene pensamientos muy repetitivos y cuesta que deje de pensar
- Mi hijo/a no contesta a su nombre
- Mi hijo/a solo habla de un tema en concreto
- Mi hijo/a tiene un vocabulario muy diferente a los compañeros/as de su edad
- Mi hijo/a interpreta las situaciones sociales de manera errónea
- Mi hijo/a es muy distraído/a y poco organizado/a
- Cuesta mucho que haga los deberes
- A veces no quiere hacer caso a la autoridad y se rebela
Con este tipo de demandas, el/la profesional del ámbito de la psicología, puede tener en mente diferentes diagnósticos que sean coherentes con estas características o conductas, desde el Trastorno del Espectro del Autismo, hasta Trastorno por Déficit de Atención e hiperactividad, Dificultad Especifica del Aprendizaje, Trastorno de conducta, entre otros muchos.
Una vez se hace una evaluación rigurosa, en caso de orientarse psicológicamente a unas Altas Capacidades, la familia o el paciente en concreto que lo recibe, lo vive como una cosa positiva. A veces, incluso aporta cierta calma o sentimiento de superioridad o felicidad.
Pero lo que venimos a exponer hoy, es que tenemos que conocer las Altas Capacidades, no solo por sus potencialidades sino también por las dificultades por las cuales pasa la persona con este diagnóstico: organización de pensamiento, funciones ejecutivas, incomprensión de situaciones sociales, alta preocupación y sensibilidad emocional, intereses diferentes a los de sus iguales, incomprensión de bromas o frases sin funcionalidad, pensamientos repetitivos, entre otros. Es importante que divulguemos la realidad de este diagnóstico por no someter a una posible presión estas personas que lo poseen, puesto que muchas veces les «obligamos» a ser más y que tengan que resaltar en cualquier ámbito o incluso a ser defendidos ante sus actuaciones, con la justificación de: «es que es altas capacidades«.
Os recomendamos poder leer más sobre el amplio abanico del diagnóstico de Altas Capacidades y su comprensión con todos sus aspectos, no solo los positivos, por si en alguna ocasión os relacionáis con alguien con este diagnóstico podáis tener una idea de lo que viven, y no solo en su potencialidad, sino también en su vulnerabilidad.
¡Esperamos que os haya resultado interesante! ¡Hasta la semana próxima!
El Equipo de Somni Psicologia
Emociones, Gestión Emocional, Infantil, Maternidad, NUESTRO BLOG, Parentalidad

A menudo, os hablamos sobre la importancia del juego para el desarrollo infantil, dado que les ofrece a los niños y niñas la oportunidad para poder poner en práctica las habilidades cognitivas, motoras, sociales o emocionales, que van aprendiendo.
Pero ¿cuál es el papel de la familia en esta actividad?
Continuamente, llegan a nosotras padres, madres u otros referentes de niños y niñas que no encuentran su espacio en el juego de sus peques y que se sienten realmente mal por ello.
Para poder encontrarlo, siempre ofrecemos la misma premisa: Observar el juego.
Si queremos formar parte de este momento de nuestro niño o niña, necesitamos comprender qué es lo que le está ofreciendo esta actividad: ¿Qué tipo de juego es?, ¿qué le gusta de él?, ¿qué busca qué ocurra?, ¿qué está aprendiendo?
La observación nos permite el acceso al juego; entrar a su mundo y crear situaciones que vayan generando esos estímulos que buscan y esos aprendizajes que están practicando, al mismo tiempo que disfrutamos juntos.
Porque no, el papel de la familia en el juego no es entretener al menor. Es encontrar un espacio de disfrute compartido, adaptándonos al desarrollo evolutivo del niño o la niña.
Si conseguimos llegar a este punto, entrando a su juego y disfrutando conjuntamente, paralelamente, estaremos trabajando todos estos objetivos familiares:
- Fortalecer el apego
- Transmitir nuestros valores
- Ofrecer oportunidades de aprendizaje (cognitivo, social y emocional)
- Mejorar la empatía mutua
- Entrenar las habilidades sociales y de resolución de conflictos en familia
- Promover el bienestar familiar
¡Así de fácil! ¿O no?
Hay personas a las que no les resulta para nada gratificante este momento. No pueden disfrutar del juego con los niños y niñas por mucho que quieran. En tal caso, es importante buscar los pequeños puntos que nos ayudarían a pasarlo mejor: reducir los conflictos durante el juego, cambiar la historia, añadir movimientos nuevos, elegir otros juegos, hacer trampas… ¡Todo vale!
Que los juegos sean algo infantil no quiere decir que en el momento de juego familiar no podamos introducir algunos cambios. Sólo debemos buscar adaptaciones que los y las menores puedan tolerar sin olvidar que debemos disfrutar todxs. ¡No podemos pasar al otro extremo de disfrutar sólo nosotrxs!
¿Cómo podemos hacerlo?
- Ofreciendo alternativas (no imponiéndolas)
- Reforzando siempre y explicando lo que sí que nos gusta de su juego
- Expresando lo que no nos gusta de forma asertiva
- Validando sus emociones si expresa molestia por nuestros cambios
- Negociando asertivamente
- Dando ejemplo al flexibilizar para adaptarnos a sus decisiones
- Reforzando mucho los pequeños cambios de opinión
- Demostrando en todo momento que disfrutamos del juego y de esta toma de decisiones compartida
- Dejando que el niño o la niña tenga espacios de juego totalmente libre
Esperamos que os haya resultado interesante el artículo y que haya ayudado a gestionar la situación en casa. Pero recordad, si sentís que una situación así se os va de las manos, no dudéis en acudir a un/a profesional.
¡Hasta la semana que viene!
El Equipo de Somni Psicologia