¿Por qué los seres humanos nos relacionamos?

Hay gente más introvertida que otra, pero lo que está determinado es que somos seres sociales que necesitamos compartir nuestras alegrías y, más aún, nuestras preocupaciones. Hay gente más reservada a explicar o compartir aspectos complicados o personales, por miedo a preocuparse más o a preocupar a los demás.  

Nos relacionamos por diversas causas: para informar, por interés, para desahogarnos, para que nos consuelen, para sentirnos validados, tanto emocional como racionalmente; para tener más puntos de vista y hasta para obtener nuevos conocimientos o visiones que nos pueden hacer cambiar nuestra principal visión de las cosas. 

No relacionarse o no compartir nuestros pensamientos, interpretaciones o acciones puede traer una serie de consecuencias. Nos puede hacer sentir solos/as, nos puede hacer mostrarnos rígidos/as, con ideas y emociones muy monótonas y lineales, con interpretaciones absolutistas, y nos puede empujar a marcarnos una serie de normas.  

A veces la gente no comparte por miedo a sentirse rechazado/a, por miedo a que la opinión de los demás no sea como la que la persona tiene, y le haga abrirse a considerar otras opciones válidas y, en consecuencia, a cambiar algún comportamiento personal que les genera comodidad y les hace estar en su zona de confort. A veces no interactuamos, porque quizás tenemos miedo de no saber responder a las demandas de los demás y podamos caer en la opción de ser rechazados/as socialmente.  

Además, abrirnos a explicar nuestras preocupaciones puede generar que los de nuestro alrededor, que nos quieren y buscan lo mejor para nosotros/as, puedan molestarnos o añadirnos más presión sobre el tema íntimo o ansioso que les exponemos. Eso, nos puede llevar a actuar de manera evitativa y preferir guardar la preocupación para nosotros/as mismos/as, sin darnos cuenta que nos puede repercutir de manera negativa.  

Si tenemos miedo de alguna cosa, o no nos sentimos bien con algo, no es lo mismo acarrear con toda la responsabilidad y contar solo con nuestro punto de vista (que casi siempre será de castigo o de malestar), que compartirlo con alguien de confianza y que te pueda apoyar, aconsejar o incluso quitarte peso de esa interpretación tan pesimista o castigadora que tú te has generado.  

Es importante comunicarnos, dejarnos ayudar y no juzgarnos tanto; verbalizar nuestros miedos o preocupaciones puede ayudarnos a encontrar soluciones o a sentirnos apoyados/as. Tendemos a ser duros/as con nosotros/as mismos/as, ya que nos permitimos el lujo de ponernos al límite a nosotros/as mismos/as, pero nunca trataríamos así a los demás, de modo que hace falta reflexionar y darnos cuenta de qué beneficio nos da el compartir las cosas y como nos puede ayudar a mejorar nuestro malestar o nuestra inseguridad o preocupación respecto a cualquier tema.  

 

¡Esperamos que os haya resultado interesante! ¡Hasta el próximo miércoles! 

 

El Equipo de Somni Psicologia 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *